domingo, 10 de mayo de 2020

La fumigación con lejía no sirve para casi nada


En muchos países intentan quitar el coronavirus a chorros – «No es un método eficaz» según expertos suecos



Muchos países afectados por el coronavirus viven en una nube de desinfectantes. Se intenta matar el virus con pistolas de alta presión y lejía.

Pero el método es cuestionado. Puede hasta ser nocivo y perjudicial, dice un catedrático sueco.

 

Todos hemos visto las imágenes: en los períodicos y en la tele. Hombres llevando monos y mascarillas de protección, utilizando hidrolimpiadoras. Avanzan de manera decidida, dentro de una nube de desinfectante, para matar el virus y evitar contagios. Los hemos vista en los templos en la ciudad iraní de Qom, en los mercadillos de Estambul, en la aceras de Shanghai y en la estación de tren de Sevilla.

Photo by Maksym Kaharlytskyi on Unsplash


Se usan camiones cisterna o camiones equipados con máquinas grandes y avanzadas para limpieza a alta presión, casi como carros lanza-aguas. También se usan drones.

Lo que se usa para limpiar o fumigar suele ser hipoclorito de sodio, es decir, lejía diluida en agua.

¿Pero es esto una manera eficaz de combatir el nuevo coronavirus? Si hacemos esta pregunta a la comunidad científica en Suecia la respuesta es: inequívocamente NO.

”Innecesario”, dice Agnes Wold, catedrática de bacteriología clínica. ”Totalmente ineficaz”, opina Johan Giesecke, que anteriormente fue jefe de epidemiología en Suecia.

¿Pero por qué esta práctica carece de sentido? ¿ Y por qué se usa este método en tantos países? El períodico sueco Dagens Nyheter pasa la pregunta a Åsa Melhus, catedrática de bacteriología en la universidad de Uppsala y jefa de servicio en el Hospital Académico.

– El virus se transmite por pequeñas gotas en al aire, al toser, estornudar o hablar. Las gotas contagian cuando entran en contacto con los ojos y las mucosas de la nariz y de la boca. El riesgo de contagio por objetos que están al aire libre es muy pequeño. Y desde luego uno no se transmite desde las aceras, las calles, arbustos o la parte baja de las puertas, los sitios donde normalmente se fumiga.  Las mezclas de hipoclorito de sodio (lejía con agua) tampoco son muy efectivas en el entorno en que se usan. No funcionan tan bien sobre material orgánico y el cloro se descompone con los rayos ultravioletas del sol, dice Åsa Melhus.

– Por otra parte, la lejía es nociva para el medioambiente y el cuerpo humano. Pienso que las personas que dan vueltas fumigando con estos productos respiran los vapores, a pesar de llevar equipos de protección indivudual (EPIs). Y es realmente malo para la salud.

Y surgen dudas sobre la eficacia de estas desinfecciones en lugar públicos, hasta en países donde se hacen muchos de estos tratamientos.

El grupo público de televisión en la República Popular de China – CCTV – emitió hace poco una entrevista con Zhang Liubo, experto en desinfección en la equivalencia china del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad en España. Él recomendaba moderación en cuanto a fumigación con lejía. Zhang Liubo afirma que el método puede causar graves daños medioambientales si se usa con demasiada frecuencia.

En el pueblo de Zahara de la Sierra, en el sur de España, se fumigan las calles dos veces a la semana. Pero el alcalde del pueblo admite en una entrevista con la CNN que esta medida se toma más para crear una sensación de confianza y transmitir tranquilidad. No es un método muy eficaz.

– Contribuye a crear una sensación de control, tranquiliza a la población, dice el alcalde Santiago Gálvan a CNN.

La catedrática Åsa Melhus constata que muchos de los métodos para combatir el virus y su transmisión se basa en rituales y tradiciones, en todas partes del mundo.

 – Como científico y experto hay un tendencia de querer ser políticamente correcto: es difícil criticar una costumbre del país. Y sin duda hay motivos racionales para limpiar calles y aceras con agua por la noche en países donde el clima es más cálido y donde la población es más densa y se vive más en la calle. De esa manera, se limpian los lugares públicos de basura, orina, excrementos y suciedad en general. Pero esto no significa que es un método eficaz para combatir un virus que se transmite por pequeñas gotas en el aire.

– Aparte, estas fumigaciones y limpiezas es una manera de mostrar «poder de actuación», para mostrar a la población que se hace algo contundente, acciones concretas. Cuando en realidad habría sido mejor gastarse el dinero en educación para enseñar a la gente higiene baśica (como lavarse las manos), cómo mantener la distancia de otras personas y asegurarse de que haya suficientes plazas de UCI, dice Åsa Melhus.
 
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Este artículo es una traducción del sueco.

Artículo original: Dagens Nyheter, períodico sueco. FECHA 17/04/2020 ACTUALIZADO 14:23 PUBLICADO 09:44



Autor del artículo sueco: Erik Ohlsson

Todos los derechos del artículo original pertenecen a Dagens Nyheter

Traducción al castellano: Christer Heljestrand, catranslations, servicios lingüisticos de las lenguas nórdicas


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